Bienvenidos a Encuentros de Cine, un pequeño rincón cinéfilo ...

13 febrero, 2013

¿Qué hay más alegre que la alegría? ¡Nada!

12 de Febrero de 2013
Publicado en la Revista Digital Under Magazine

Por Clara Martínez Malagelada
Quizás, lo que más me interesa es revisar y revisitar la imaginería de la violencia, la destrucción moral y la distorsión ideológica; no para entenderla, sino para sacarla a la luz.


Pablo Larraín

Hoy sí quiero mencionar algunos premios que decoran el cartel de nuestra película: Nominada como mejor Película Extranjera en los Oscar; Nominada en el New York Film Festival; Ganadora del Premio Quincena de Realizadores a la mejor película en Cannes; Premiada con el Gran Coral en La Habana… Así llega No, el nuevo largometraje del director chileno Pablo Larraín.
Última entrega de la trilogía – Tony Manero (2008), Post Mortem (2010) – sobre la dictadura de Augusto Pinochet, desde sus inicios y la muerte de Salvador Allende, No pone fin a más de quince años de gobierno. El día en que la democracia regresó, por voz popular.
La cámara al hombro de Pablo Larraín se cuela en aquel 1988, año del Plebiscito Nacional de Chile, para mostrar, combinando ficción y archivo, el proceso de referéndum que convocó Pinochet. Y es que, sucumbiendo a la presión internacional, el régimen chileno del General convocó unas elecciones bajo la propuesta de extender la presidencia ocho años más. En ellas se presentaron dos posibles votaciones: “SI” – extender el Gobierno de Pinochet – “NO” – terminar con el Gobierno de Pinochet. A un mes del referéndum ambos partidos dispondrían de 15 minutos diarios en televisión para expresarse.


De hecho, bajo un clima de desesperanza, gran parte de la población creyó que el referéndum se manipularía. Sin embargo, la oposición no quería dejar pasar la oportunidad de derrocar pacíficamente a un régimen de casi dos décadas de vida. Ésta podía llegar a ser la caída de un dictador derrumbado por su propia cínica y democrática farsa que, sin querer, había liberado los deseos de una democracia real, aquella que durante tantos años había reprimido.


En este contexto aparece nuestro protagonista. Reclutado por el bando del “NO” para diseñar su estrategia electoral y hacer uso de los 15 minutos diarios, un inteligente y avispado publicista, Saavedra (Gael García Bernal), en seguida se da cuenta de que no sólo deben convencer a los votantes a favor del  “NO”, sino que, primeramente, deben convencer a poblaciones segmentadas, dispares, remotas para que acudan a las urnas.

Inmediatamente, Saavedra comprende que la campaña no puede focalizar su mensaje en la violencia y el sufrimiento que ha provocado el régimen de Pinochet. En cambio, éste opta por mostrar imágenes de felicidad, de alegría, de optimismo, promoviendo así la imagen de una nueva Chile.


No es una película que mezcla con gran inteligencia el documental y la ficción, adoptando por momentos formas cercanas al thriller político, pero manteniendo siempre ese look sucio que nos resitúa y recuerda que esto es real
Y olvídense de la seriedad y la demagogia que tanto se asocia con la palabra documental. Larraín prescinde aquí de todo didactismo y, mostrando también las crudezas del capitalismo venidero, se permite jugar con la ironía y la comedia, haciendo de No, también, una película divertida.
“¡Chile, la alegría ya viene!”

No hay comentarios: