“Quedémonos con la palabra revista. […] No hay que dejar de lado la idea de revisar, en el
sentido que Godard señala: en revisar está contenido re-visar [ver/volver a
ver]. […] La idea de crear una revista se me antojó como si abriera un
diccionario y buscase en él la palabra revisar
para ver en qué consiste”. [1] Éstas
fueron las palabras de Serge Daney en su presentación de Trafic, 1992.
El
que a su muerte -1992- fuera considerado como el más influyente y reconocido de
los críticos del país, entró a formar parte de la prestigiosa revista Cahiers du Cinema con apenas veinte años.
Trabajó como editor desde 1974 a 1981, y de 1981 hasta su muerte, en el
periódico Libération, como crítico de
cine y televisión. En la última etapa de su vida fundó Trafic, reuniendo a sus más cercanos colegas de profesión, como Raymond
Bellour, Jean-Claude Biette, Sylvie Pierre, Patrice Rollet; y cineastas
como Jean Luc Godard.
Serge
Daney, parecía advertir la muerte
posible del cine, sumergido en la cultura postmoderna, asumiendo así la cinefilia como un deber y forma de
resistencia. Este ciné-fils (como gustaba identificarse), la entendió y vivió
como una pasión casi enfermiza, pero placentera: un verdadero arte de vivir y pensar
el mundo, de relacionarse no tanto con el cine sino con el mundo a través del
cine.
Sin embargo, Daney también fue uno de los primeros que radicalmente puso en
observación su propia cultura cinematográfica para prestar atención a los
nuevos mundos audiovisuales que asomaban, como la televisión, la publicidad o
los clips. “Como todas las viejas parejas, el cine y la televisión han
terminado por parecerse”, decía.
Provocador, arriesgado, meticuloso y complejo en pensamiento y, sin
embargo, claro y accesible en la escritura. Su compañero Raymond Bellour afirmó
que Daney lograba conciliar la fascinante ligereza del periodismo diario con exigentes
tareas de racionalidad. Así, como fruto de dicha tensión, nacía su poesía...
La creación de la revista en 1992 fue la ocasión de inventar una forma de
crítica cinematográfica trenzando juntos el hilo de una vida y el del cine. Con
su desaparición, la banda de los cuatro persiguió el proyecto de reunir a
filósofos, historiadores, teóricos y cineastas para reflexionar sobre el cine,
puesto que, como escribe Daney: “¿Todo está perdido? Pues todo es posible”.
Escrito para el IBAFF, Murcia, 2013
[1] Serge Deney, presentación Trafic, 1992. Original:
http://www.centrepompidou.fr/ Traducción:
http://diarios.detour.es/?p=1922
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