Y llegó la nueva película de Fernando Trueba… tan añorados de aquella Belle époque (1992), asistimos a la sala desconcertados tras haber visto algunas de las últimas producciones del director, que pasaron por cartelera sin pena ni gloria (El embrujo de Shanghai… por ejemplo). Se trata de la adaptación de la novela El baile de la Victoria. No la hemos leído. Sí la hemos visto, y aunque efectivamente salimos tan desconcertados como entramos, no nos dejó con un mal sabor de boca.
Efectivamente, teniendo a Ricardo Darín o Ariadna Gil entre el reparto siempre garantiza un mínimo nivel… por lo menos interpretativo. Eso sí, los actores no suelen salvan ellos solos las películas… y El baile de la Victoria no es una excepción. La película deja mucho que desear, especialmente en cuanto a su verosimilitud, pues la historia no deja en ningún momento de parecernos lejana, ajena… sobretodo gracias a la ayuda de planos “de cartón” pegados artificialmente sobre la imagen (si la veis entenderéis porqué…), y especialmente por la propia narración, que logra digerirse solamente gracias a las buenas interpretaciones y a escenas puntuales, sobretodo humorísticas.
La historia de un preso que, tras decretarse una amnistía general para todos los presos sin delitos de sangre en Chile, con la llegada de la democracia, buscará en la figura de Nicolás Vergara Gray (Darín), un famoso ladrón de bancos que también acaba de salir de la cárcel y trata de buscar a su familia, un apoyo para llevar a cabo un arriesgado robo. Sin embargo, su plan se complicará cuando conozca a Victoria, una bailarina cuyos padres fueron asesinados durante la dictadura de Pinochet. Ambos personajes se entrecruzarán en un mismo camino que les llevara hacia distintos destinos...
1 comentario:
Si señorita, así es la película.
:)
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