Tensión sexual no resuelta, o sobre cómo hacer mal cine. No, no, mejor, sobre cómo denigrar el cine. Demasiado light. Tensión sexual no resuelta, o sobre cómo hacer del cine una aberración comercial; ¿comercial? Quisiera pensar que las salas dejarán de proyectar tal desfachatez en favor de nuestra salud mental. Ya está: Tensión sexual no resuelta, o cómo salvar al cine de la barbarie.
¿Qué elementos no deberían estar NUNCA en una película? Esto es lo que Tensión sexual nos ha enseñado:
- un guión previsible, absurdo y vergonzosamente ridículo
- actores que parecen haber salido de un anuncio de perfumes
- una historia pésima de telenovela de serie B
- personajes superficiales, vacíos y patéticos
- un narrador sin gracia que interpela con el espectador creyendo que es Alex de La Naranja Mecánica
- una puesta en escena ‘cutre’, barata y vulgar
- un montaje que recurre a los movimientos de cámara como pura forma. ¡Dejad la cámara quieta!
- diálogos de mal gusto, sexistas, de vergüenza ajena (y propia)
- ETC… (¿Fede, cómo pasas de ‘Tesis’ a esto?)
Tensión sexual no resuelta, una ‘comedia’ española que, de nuevo, mancha nuestro cine. ¡Y es que no me extraña que luego se critique el cine español! ¿Pero cómo se ha podido llegar a invertir en una cosa así?
Pero esto no es todo. Después de pagar seis euros por este capricho infantil de no quisiera recordar quien, tenemos que aguantar a críticos prestigiosos de periódicos nacionales decir que no es tan mala como parece… Como hubiera dicho el gran Rubianes, ¡qué vayan a cagar a la playa!

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