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16 diciembre, 2011

Melancholia, de Lars von Trier


La vida en la Tierra es malvada. Así de rotunda es su Melancholia, la nueva obra del director danés. De igual forma se presentan sus anteriores películas, pequeñas muestras de crueldad, del mal que habita en el ser humano. Von Trier insiste en desenmascarar la maldad del hombre, y si en Dogville éramos nosotros mismos los que ajusticiábamos y aniquilábamos al ser humano, ahora es la propia naturaleza la que termina con la humanidad entera. La  melancolía nos mata. La melancolía destruye al Planeta Tierra. ¿Desenmascara ahora, el director, la maldad del cosmos? El paso de la maldad humana a la vida malvada de la tierra…

Veamos las dos partes de la película. En un primer momento describe la boda de Justine, desde la llegada de los novios hasta el triste desenlace. Después, la llegada y el impacto de un nuevo planeta: Melancholia. No esperen grandes efectos especiales, ni disparos, ni al presidente de los EE.UU alertando a la población. Von Trier es fiel a su estilo: minimalista, sencillo y provocador en su artificiosa desnudez. ¡Qué más da cómo sea el planeta! ¡Ni su interés mediático! ¡Ni cómo reaccionarán X millones de habitantes! Al director sólo le interesa la impresión que causará en personajes muy concretos, que representan a otros muchos… Le interesa la poderosa metáfora que hay tras él: la belleza de una muerte melancólica, la poesía visual de un mundo que cierra los ojos ante tanto dolor.

Pensemos en la primera parte: la boda de Justine. De nuevo, la cámara en mano de von Trier se pasea entre los personajes, observa, nos hace partícipes del discreto encanto de la burguesía. Carcajadas que desprecian. Sonrisas que solicitan favores. Los personajes de la encantadora comunidad de Dogville han sido invitados a esta ceremonia y, poco a poco, enseñan sus colmillos. El director ya destapa en ese primer capítulo la suciedad humana, su falsedad, su avaricia, siempre acompañadas de una buena copa de vino para festejar tanta hipocresía. 

Durante la boda observamos la luz de Melancholia en el cielo, y su presencia se hace omnipresente y avanza en sintonía con el triste desenlace de los recién casados. Será Justine el único personaje que vea en Melancholia la llegada de la muerte. Von Trier sugiere a través de ciertos detalles su fuerte capacidad de intuición, de saber. La felicidad inicial de la protagonista deja paso a una tristeza progresiva, que entendemos mejor durante la segunda parte de la película, cuando Justine ha enfermado y se halla en casa de su hermana Claire.
¿Depresión? Justine simboliza algo más bello y poético, a mi entender. La enfermedad de Justine es la aceptación de la muerte. Von Trier traza un espacio romántico a través de la imagen, tan decimonónica, reforzando la sensación de una lucha irreversible. Sin embargo, esa aceptación no la lleva a crear, sino a restar en silencio, a la espera, en una actitud nihilista, a diferencia de Claire, quien, tras la boda, sigue haciendo de la vida un artificio, un ritual. Su hacer es precisamente el no hacer, la parálisis, y ahí von Trier resulta tremendamente destructivo.

Melancholia ya ocupa gran parte del cielo y, aunque John quiera convencer a su hijo Leo y a Claire de lo contrario, la llegada del planeta parece inminente. Saquemos el champagne, reunámonos todos, construyamos una casita de madera que nos proteja… Claire, a diferencia de Justine, huye, elude a la muerte, e inventa. Esa es precisamente la representación de la sociedad del vacío, aquella que no acepta la nada y huye del nihilismo creando artificios. La sociedad que construye, que organiza, que calcula, que imagina… La sociedad platónica que mira hacia el cielo.

¿Y John, el marido de Claire? ¿Y su hijo? También ellos reaccionan de formas distintas ante la llegada del planeta misterioso. John es un personaje que igual rechazamos que compadecemos. Aquel que en primer lugar representa la seguridad paterna, la protección, la masculinidad; pero también el miedo, la flaqueza y, sobre todo, la cobardía. Comparte su afición a la astrología con su hijo, seguramente el personaje más puro, el que desde un principio se asombra ante la naturaleza, con ingenuidad, con fascinación por lo desconocido. El único que apaga su mirada pura e infantil y duerme cuando Melancholia invade la pantalla.

Melancholia nos atrapa desde el primer fotograma, mientras oímos a Wagner, preludio de Tristán e Isolda, mediante imágenes congeladas que más tarde cobrarán movimiento durante la historia. Imágenes que marcan el estilo poético, gracias a una fotografía sublime, hasta llegar al desenlace de la película. Seguramente von Trier haya filmado el más bello fin del mundo, y nos haya cogido desprevenidos. La actitud casi religiosa de Claire habla de una forma de enfrentarse a la vida que el danés no atribuye a ninguna sociedad concreta. El ser humano es un ser religioso, un ser que tiene miedo a lo desconocido, pánico a lo sobrenatural. Un ser que busca respuestas a fenómenos inexplicables… La fe, entonces, se convierte en su refugio, en su escapatoria. No se trata de ninguna religión en particular, sino de la fe, de la necesidad de creer en algo, y de hallar protección frente al vacío. Tenemos pánico al vacío. Tenemos miedo a la nada. Tal vez por esta razón, al aceptar la muerte, Justine toma ese aspecto enfermizo, que encierra la belleza de la aceptación melancólica de la muerte. De ahí su estética romántica, decadente, wagneriana. ¿Cuál es, entonces, el destino del mundo sin un contenido religioso?

¿Qué es Melancholia? Los personajes y el espectador se lo preguntan. ¿La naturaleza? ¿Dios? ¿La melancolía? … No hay una única respuesta, pues eso significa reducir enormemente el significado de la película. Alguien me dijo ¡Melancholia no trata sobre el fin del mundo! Efectivamente, la obra de Von Trier no debe tener una única lectura, pues esa melancolía es tal vez aquella que todos albergamos y, como la buena poesía, todos la vivimos de manera distinta.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Mejor Crítica que Película!..¿acaso es eso posible?..
Sigue con el Blog que lo tienes abandonado.

Clara Martínez Malagelada dijo...

Tienes razón 'Anónimo' .. , me he centrado en cambiar el formato y el olvidado seguir publicando .. Gracias por tu comentario. Clara

Unknown dijo...

Me pareció el film más hermoso que vi en mi vida y me encantó la crítica de la "depresión" como la aceptación a la muerte.
Por qué no ganó todos los premios del mundo ??? La mejor fotografía que he visto, música, delicadeza, escalofriante actuación de ambas hermanas!

Gracias Lars Von Trier♥