Shutter Island, de Martin Scorsese

Y tú, “¿vivirías como un monstruo o morirías como un hombre bueno…?” Desde luego en Shutter Island Scorsese traza una línea muy estrecha entre la razón y la locura. ¿Dónde empieza una y termina la otra? Hay tantas respuestas como espectadores pues, si algo pretende la nueva película del director de Taxi Driver es sugerir, inquietar, mezclar el mundo onírico con el mundo real; no lejos de un estilo lynchiano…

Dos agentes se embarcan en el ferry que les llevará a Shutter Island para investigar el caso de un paciente que se ha fugado de su celda. A medida que avanzan en su trabajo las cosas empiezan a torcerse; nadie parece ser quien es. Un thriller con ingredientes terroríficos que no nos dejará indiferentes a pesar de su ritmo lento y pausado. Un thriller en el que la tensión y el miedo no son fruto de violencia gratuita al más puro estilo americano. Nada de eso. La palabra jugará un papel fundamental en el que a través de ella el espectador irá introduciéndose en una red de juegos imaginativos y realidades confusas. El miedo en la palabra... fundida en el silencio visual ...

Precisamente Scorsese luce en Shutter Island toda su imaginería visual, logrando una gran producción estética que recuerda al más puro estilo de cine negro. La fuerza de la imagen refuerza efectivamente una gran narración de la que surgen reflexiones interesantes sobre nuestra concepción de la locura. ¿Qué entendemos por ‘normal’? ¿Y por ‘loco’? ¿De qué modo se integra la locura en la razón humana? ¿O debemos encerrarla en una celda? Cuestiones cuyas respuestas no están tan claras como parece (o simplemente no hay respuestas…), pero que la sociedad engulle en sus miedos. Precisamente Scorsese muestra cómo la ciencia, la política, el poder, al fin y al cabo, utilizan esa misma locura y la convierten en lo que ellos quieren que sea.

Shutter Island es una película difícil de digerir; de mucho diálogo pero de poca claridad. Scorsese ha construido un filme al borde del surrealismo, del cual la sugestión y la provocación imaginativa son protagonistas. No esperéis encontrar respuestas, la reflexión está servida.