Nine, de Rob Marshall

"¿Cómo se educa la imaginación…?"

Esto mismo… la imaginación, es el motor que abre los distintos mundos creativos de Guido (Daniel Day-Lewis), un famoso director italiano de cine al que le resulta imposible transmitir aquello que sueña… esto es, escribir, precisamente, su siguiente guión, ‘pre-titulado’ “Italia”. Todo lo que tiene es su imaginación, su mirada ensoñadora… que a lo largo de la película aparece como punto de contacto con diversas mujeres que han o están pasando por la vida de Guido: su madre (Sophia Loren), su amante (Penélope Cruz), su mujer (Marion Cotillard), su musa (Nicole Kidman)… interpretan distintos números musicales en los que interrelacionan con Guido. Un Guido espléndidamente interpretado por Daniel Day-Lewis. Entre el humor y el dramatismo, la angustia y el placer, la razón y el instinto…Guido deambula como un cuerpo desgastado, consumido por aquello mismo que ha creado, por aquello mismo que, en el fondo, es... La fama, la publicidad, la falta de privacidad, las mujeres, el trabajo… la realidad es incapaz de inspirarle, la razón ya no es creativa. Sin embargo, ¿cómo detener la imaginación?

La inconsciencia imaginativa es fuente de placer, de perversidad, de resentimiento, de reproche…pero incapaz de ser objetivada en palabras. La realidad vuelve a castigarle ahora igual que hizo cuando se muestra su infancia teñida de blanco y negro.

Nine podía haber caído en los clichés de la anterior Chicago, pero, en cambio, logra rebasarla y aportar nuevos ingredientes al musical. La película se inmersa en la mente de un artista, reflejando así tanto lo que sus ojos ven como lo que han visto; lo que quieren ver, como de lo que huyen. ¿Cómo se educa la imaginación? Somos imaginación, y en ella libertad…

Desde aquí os queremos invitar a que vayáis a ver Nine, pues bajo la apariencia de otro musical simplón (del que se habla más de Penélope Cruz que otra cosa…) hayamos una buena historia que Rob Marshall ha sabido llevar a la pantalla con gran fuerza visual y escénica.